Archive for 19 abril 2008
La batalla del Ebro
El espectáculo de estos días con el trasvase de agua del río Ebro a Barcelona ha retratado una vez más la desvergüenza, el cainismo y la insolidaridad de un Gobierno al que le importa un bledo la cohesión de los españoles y que sólo tiene ojos para los territorios que le han votado mayoritariamente. A madrileños, murcianos, valencianos y almerienses ya nos pueden ir dando. La sed que ahora sufren los barceloneses es culpa de la falta de infraestructuras a la que quedaron condenados con la derogación del Plan Hidrológico Nacional (PHN) de los populares, que fue la primera medida que tomó Zapatero nada más llegar a la Moncloa en el año 2004. Manipuló entonces a la opinión pública sobre el desastroso impacto medioambiental del trasvase y ahora la traiciona sin pudor al no mantener su negativa a trasvasar agua del Ebro.
La legislatura actual, que se iniciaba prometiendo igualdad para todos (¿dónde se esconde Bibiana Aído?), se avecina ruda y feroz a cuenta de la guerra del agua. España, carente de una política hídrica en condiciones, jamás conseguirá ser un país vertebrado, porque la confrontación entre regiones está servida. Jugar con un bien tan escaso y someterlo al vaivén de los votos es tanto como sentar las bases de futuros conflictos. Los recursos hídricos como arma y moneda de cambio para pagar el apoyo de los aliados, castigando a las comunidades autónomas gobernadas por la oposición, demuestra a las claras que ZP no es el presidente de todos los españoles, sino un tahúr que incluso desnaturaliza el lenguaje para hacer pasar por «aportación puntual de agua» lo que es un trasvase en toda regla.
María Teresa Fernández de la Vega (que firmó la derogación del PHN que hoy tanto defiende aunque con otro nombre), Elena Espinosa (que asegura con cinismo que «técnicamente no es un trasvase»), Marcelino Iglesias (que mintió a los aragoneses oponiéndose al trasvase que hoy avala) y el tripartito catalán (maragalladas primero y montilladas después) pueden retorcer las palabras cuanto quieran, pero la realidad es alérgica al maquillaje. Por cierto, la prolongación de la tubería que llevará agua a la Ciudad Condal la costearán las arcas del Estado y no las de la Generalitat, porque mucho autogobierno y muchas pamplinas pero, a la hora de la verdad, vienen a mamar de las tetas del Madrid opresor que tanto odian. Sólo unos pocos privilegiados se beneficiarán del agua que pagamos entre todos, pero es que algunos, encima de putas, ponemos la cama. Y así nos luce el pelo.
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