Cero a la izquierda

Ayer, a las 9:30 horas de la mañana, un Moratinos animado recibió a los 130 embajadores españoles. Fue en la AECID (Agencia Española de Cooperación y Desarrollo). A continuación, María Teresa Fernández de la Vega ofreció un discurso en el que, al parecer, sólo los periodistas estábamos atentos. Confirmó lo que ya sabíamos: «nos encontramos en una situación económica complicada». Sin embargo, a pesar de los últimos datos negativos sobre el empleo, la Vicepresidenta aseguró que hay más españoles trabajando que hace cuatro años y, además, «en mejores condiciones».

A las 13:00 horas, un bronceado presidente no ha dado recreo a los embajadores y los ha recibido en el Palacio de la Moncloa. Allí les recordó, a los representantes de España en el exterior, que los principales desafíos que se deben afrontar son «la lucha contra la pobreza», «la construcción de la paz», «la gestión de los recursos naturales» para evitar el cambio climático y una «respuesta al fenómeno de las migraciones». ¿Habló de economía? Sí. Zapatero instó a los embajadores a que defendiesen la «fortaleza de la economía española» en el exterior a pesar del difícil momento que atraviesa y, a pesar también, de las valoraciones negativas que el tema está recibiendo por parte de los ámbitos de la opinión.

Hoy el ministro económico no ha sido tan optimista. Solbes ha asegurado esta mañana que «la posibilidad de la recesión está ahí» y los datos del PIB pueden dar resultados «por debajo de cero». Esta es una realidad que la sociedad espera conocer y escuchar por parte de los políticos que los representan. Había y hay crisis. Y ahora se abre de nuevo el debate de una posible o la ya recesión. Un sector de nuestros políticos socialistas es realistas. Otros ilusionistas. Y, otros, soñadores. Las personas de a pie desean conocer las medidas para paliar a esta desconocida crisis. Desean conocerlas y ponerlas a la práctica para dar respuesta a la incertidumbre del resultado. De momento, lo que conocemos es la diversidad de opiniones de nuestro Gobierno mientras que ahora, muchos, anhelan ya un puesto de trabajo. ¿En qué quedamos?

Ángela Paloma Mf